Con el objetivo de proporcionar
a los espacios ventilación e iluminación natural, el edificio encarga el
desprendimiento de tres volúmenes para la generación un gran vacío central. Esto
posibilita el funcionamiento bioclimático, tanto el efecto chimenea como la
iluminación indirecta que envuelven todo el edifico, optimizando de esta manera
la eficiencia energética.
La
imagen final es un edificio que se compone de un dialogo geométrico de tres
elementos principales. Dos bloques de oficinas y una ‘barra’ estructurante que se organizan a
partir del vacío central. El espacio de oficinas es alimentado por la ‘barra’
que concentra la circulación vertical y servicios comunes. La estrategia es
ubicarla a un costado del polígono para proporcionar una fácil conexión entre espacios
servidos y servidores, al mismo tiempo que soporta al edificio. Igualmente, el
desplazamiento a través del edificio no solo se determina en un sentido vertical,
sino que el vacío central se ve transgredido por una circulación de recorrido
que permite la concepción sensorial del espacio, motivando al usuario a la
actividad física.
Para generar más visuales
y espacios recreativos al interior del edificio, se desarrolla una relación
volumétrica de lleno-vacío, sustracción- adición que proporciona un composición
de jardines y terrazas que se incrustan en las áreas de trabajo, trayendo la
experiencia del exterior al interior. Así mismo, este juego volumétrico se
refleja en las fachadas del edificio.
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